Thursday, February 16, 2023

Otromn

 Otromn

The vines had produced a good wine that year. He couldn't complain, although his chapped and generous hands hadn't been able to improve the sight of a plantation that, at the back of the greenhouse, was his favorite. On one of his trips to Venus, he had bought some seeds from Otromn. The vendor had assured him that if he paid them a visit every night and said a prayer of thanks in front of those plants, they would give him a surprise. Time had passed and only tiny, odorless roses had blossomed from the plants. The gardener, too busy with other chores, neglected the seller's advice.


One cold morning, when he was going to the greenhouse, he experienced a strange sensation of danger and hurried to get there as soon as possible. He reached the greenhouse and entered.


Several days later, alerted in the small town of his disappearance, and after an unsuccessful search, someone thought of inspecting the greenhouse. The image was gruesome. The small and harmless roses had grown into huge flowers, similar in size to the Rafflesia. Forming part of its petals were small pieces of the skin, eyes, hair and nails of the gardener.


Otromn

Las parras habían dado un buen vino ese año. No se podía quejar, aunque sus manos agrietadas y generosas no habían podido mejorar la cosecha de una plantación que, al fondo del invernadero, era su preferida. En uno de sus viajes a Venus, había comprado unas semillas de Otromn. El vendedor le había asegurado que si todas las noches les hacía una visita y rezaba una oración de agradecimiento delante de aquellas plantas le darían una sorpresa. El tiempo había pasado y de las plantas solo habían florecido unas rosas diminutas y sin olor. El hortelano, muy ocupado con otros quehaceres, descuidó los consejos del vendedor.

Una fría mañana, cuando se dirigia al invernadero, experimentó una rara sensación de peligro y se apresuró a llegar cuanto antes. Llegó al invernadero y entró.

Varios días más tarde, alertados en el pequeño pueblo de su desaparición, y después de una infructuosa búsqueda, alguien pensó en inspeccionar en el invernadero. La imagen era dantesca. Las pequeñas e inofensivas rosas se habían convertido en unas enormes flores, parecidas en tamaño a la Rafflesia. Formando parte de sus pétalos se veían pequeños trozos de la piel, los ojos, los cabellos y las uñas del hortelano.