Tuesday, August 24, 2021

The Bridge - El puente

The Bridge

A peaceful autumn day. The sweet colors of the withered leaves of the trees on the ground accompanied us as we strolled down the hill. They were trees acclimated to the unrepentant lunar solitude that, together with the brilliant image of the Earth's surface, reminded us of our childhood on Earth. We had recently purchased a building in the complex located on the Sea of ​​Serenity. The complex had been baptized with the name of "The Bridge", referring to the flexible tubular structure that linked the Earth with the Moon. We had used the bridge very often to travel to Earth, and access to it was an imposing transparent hemisphere sealed from the outside.

That morning, after our walk, we decided to visit the hemisphere, within which all kinds of businesses proliferated, to try to buy some luminous flying gadgets for our house. The surprise was unspeakable. We barely had time to close the gates, outer space became a solid, impenetrable mass and the possibility of movement disappeared except in that miraculous tunnel and inside the hemisphere. It wasn't that something had invaded the space. It was the very space that had become solid and black. The black color was all that could be seen of the surface of the dome covered with that mass of space.

 

El puente

Un apacible día de otoño. Los dulces colores de las hojas marchitas de los árboles sobre el suelo nos acompañaban mientras paseábamos colina abajo. Eran unos árboles aclimatados a la impenitente soledad lunar que, junto a la imagen brillante de la superficie terrestre nos hacía recordar nuestra infancia en la Tierra. Habíamos comprado recientemente un edificio en el complejo situado en el Mar de la Serenidad. El complejo se había bautizado con el nombre de “El puente”, haciendo referencia a la estructura tubular flexible que unía la Tierra con la Luna. Habíamos utilizado muy a menudo el puente para viajar a la Tierra, y el acceso al mismo era una imponente semiesfera transparente sellada del exterior.

Aquella mañana, después de nuestro paseo, se nos ocurrió visitar la semiesfera, dentro de la cual proliferaban todo tipo de negocios, para tratar de comprar unos artilugios voladores luminosos para nuestra casa. La sorpresa fue inenarrable. Apenas tuvimos tiempo de cerrar las compuertas, el espacio exterior se convirtió en una masa sólida, impenetrable y la posibilidad de movimiento desapareció excepto en aquel milagroso túnel y en el interior de la semiesfera. No se trataba de que algo hubiera invadido el espacio. Era el espacio mismo que se había transformado en aquello sólido y negro. El color negro era lo único que se podía ver de la superficie de la cúpula cubierta con aquella masa de espacio.