My home
He had sat on a rung of the stairway to his house because he
was unable to enter it. He had gone out to work in the morning and when he
returned, a strange feeling predisposed him to flee from what seemed to have
become a strange thing. After a time, which seemed endless, he plucked up his
courage, got up, and climbed the steps that led to the door. He took out the
key and, armed with a worrying calm, inserted it into the lock. He hardly had
to turn the key. The lock seemed to be waiting for that key urgently. He
entered what had been his beloved living room for many years, and now it seemed
threatening, as if it had life. He began to hear a distant rumble that
gradually changed in intensity until it became a deafening burst of laugher. It was that house that had finally
kidnapped him and from which he could never leave again.
Mi hogar
Se había sentado en un peldaño de la escalera de acceso a su
casa porque era incapaz de entrar en ella. Había salido por la mañana a
trabajar y cuando volvía, una extraña sensación le predisponía a huir de lo que
parecía haberse convertido en una cosa extraña. Después de un rato, que le pareció
interminable, se armó de valor, se levantó y subió los escalones que le
llevaban a la puerta. Sacó la llave y, armado de una preocupante tranquilidad,
la introdujo en la cerradura. Casi no tuvo que girar la llave. La cerradura
parecía estar esperando aquella llave con urgencia. Entró en el que había sido
su entrañable salón durante muchos años, y que ahora le parecía amenazador,
como si tuviera vida. Empezó a oír un rumor lejano que paulatinamente fue
cambiando de intensidad hasta convertirse en una carcajada ensordecedora. Era aquella
casa, que por fin lo había secuestrado y de la que nunca más podría salir.