Mi pareja y yo somos del mismo sexo, vivimos separados
apenas unos centímetros el uno del otro, pero siempre estamos juntos. Yo vivo a
su derecha. Somos un poco originales porque tenemos un inquilino cada uno, y
además ellos son familia.
El otro día le pregunté:
-Oye ¿Cómo es tu inquilino?
Y mi pareja me contestó con otra pregunta:
-¿Quieres que te responda si huele, o si se asea a menudo? Pues
te tengo que decir que estoy muy contento porque me trata muy bien. Suda mucho,
eso sí, pero es muy atento conmigo. Se pega a mí y es muy juguetón. Pero tengo
que reconocer que cuando me deja para ducharse, pierdo las formas.
-A mí me ocurre algo parecido. Pero el mío tiene una extraña
afición a las patadas, y eso me tiene un poco estresado. Aunque también es muy
amable conmigo.
-Ya se lo dije el otro día a un amigo: ¡Que dura es la vida
de los calcetines de un jugador de fútbol!