Ártico
Estoy solo en esta vasta inmensidad. La vista se pierde en
la gran extensión blanca de blanda solidez. Mis pies se hunden en la nieve y
apenas puedo avanzar hacia nuestras instalaciones. El color gris en ocasiones,
e inmaculadamente blanco en otras, no permite apreciar otros matices de color en
el paisaje.
Formo parte de una expedición científica al ártico. La
misión, además de realizar estudios sobre el calentamiento global, tiene como objetivo
principal extraer muestras de los restos de un yacimiento prehistórico bajo el
hielo. El descubrimiento de la ubicación del cementerio lo obtuvo el satélite
XC-180 al efectuar un reconocimiento del subsuelo del ártico utilizando
sistemas de detección de alta radiación polarizada.
El clima polar, con intensas rachas de viento, dificulta los
trabajos, y las máquinas, con temperaturas inferiores a los cero grados,
requieren unos cuidados especiales para poder funcionar. A pesar de todo, las
excavaciones progresan a buen ritmo. Atravesar la capa de permafrost ha
constituido toda una proeza. Se ha alcanzado una profundidad de cincuenta
metros, aunque según los datos del satélite, el yacimiento se encuentra a unos 180
metros de la superficie. Pero nuestro esfuerzo empieza a dar sus frutos. A esta
profundidad los técnicos han encontrado pequeñas rocas de color azul turquesa. En
el laboratorio, se ha comprobado que es una sustancia superconductora a
temperaturas entre 30 y 50 grados centígrados. Una propiedad contraria al hecho
de que la conductividad aumenta a medida que desciende la temperatura.
Llevo una de estas pequeñas piedras en el bolsillo. Son tremendamente
atractivas. Me dirijo a mi habitación en las casas prefabricadas que nos sirven
de refugio. Entro en la casa y noto un extraño calor en el bolsillo. La piedra
se está calentando. Se está calentando tanto que tengo que desprenderme de
ella. Me está quemando. Hasta ahora no
había tocado directamente la piedra. Los guantes me protegían. Cuando la
extraigo del bolsillo está muy caliente y su color ha cambiado a un color
rosado. Apenas tengo tiempo de sacarla del bolsillo y arrojarla al suelo para
que no me queme la mano. Pero ya es tarde. Mi mano derecha presenta una
cicatriz que se va abriendo hasta llegar a la muñeca. Un dolor insoportable me
hace gritar pidiendo ayuda. Veo que la piedra ha fundido el material del suelo
y hay un agujero por el que ha desaparecido.
Morir ahora. No puedo morir ahora. Mi familia. No..no..no..
Arctic
I am alone in this vast immensity. The sight is lost in the
great white extension of soft solidity. My feet sink into the snow and I can
move very slowly towards our facilities. The gray color sometimes, and
immaculately white in others, does not allow to appreciate other shades of
color in the landscape.
I am a member of a scientific expedition to the Arctic. The
mission, besides conducting studies on global warming, has the main objective
to extract samples of the remains of a prehistoric deposit under the ice. The
discovery of the location of the deposit was obtained by the satellite XC-180
recognition using high polarization detection systems.
The polar climate, with intense wind gusts, make difficult
working, and machines, with temperatures below zero degrees require special
care in order to wokt. In spite of everything, the excavations progress at a
good pace. Crossing the permafrost layer has been a feat. We has reached the
depth of fifty meters, although according to satellite data, the site is about
180 meters from the surface. But our efforts are beginning to bear fruit. At
this depth technicians hasve found little turquoise blue rocks. In the
laboratory, it has been proven to be superconducting substance at temperatures
between 30 and 50 degrees Celsius. A property contrary to the fact that the
conductivity increases when decreases the temperature.
I carry one of these small stones in my pocket. They are
tremendously attractive. I go to my room in the prefabricated houses that do
not serve the shelter. I enter the house and I feel a strange heat in the pocket.
The stone is heating up. It's getting so hot that I have to get rid of it. I'm
burning up. Until now I had not touched the stone directly. The gloves
protected me. When I get it out of my pocket it is very hot and its color has
changed to pink color. I barely have the time to take it out of my pocket and
throw it on the floor so I do not burn my hand. But it's late. My right hand
has a scar that is going opening until it reaches the wrist. An unbearable pain
makes me scream for help.I see that the stone has melted the material of the
floor and there is a hole which it has
disappeared for.
To die now. I can not die now. No...No...No...