El cuenta cuentos
No conseguía encontrar el modo de escribir buenos
microrrelatos. Tenía la ilusión, había asistido a cursos sobre este tipo de
escritura, la inspiración se portaba muy bien con él, pero sin embargo sus
pequeñas obras no tenían el éxito esperado.
Un buen día se le ocurrió regalar a sus lectores historias
personalizadas. Les proponía que le enviaran el tema sobre el que quisieran
tener un microrrelato, y él le enviaría por correo electrónico una historia elaborada
con la información que ellos le proporcionaran.
A los pocos días recibió un encargo especial. El remitente
del correo le pedía que escribiera una historia sobre un padre que perdió a su
hijo cuando éste era muy pequeño. Se había producido un incendio en el edificio
y el niño nunca apareció. Le proporcionaba además la información de que el niño
había sufrido una severa operación de la columna vertebral y había tenido una
movilidad reducida.
Nuestro escritor de microrrelatos se dedicó en cuerpo y alma
a escribir su historia y cuando la hubo terminado se la envió al peticionario. Había,
sin embargo, algo extraño en toda aquella situación, porque él había sufrido
una operación, no recuerda cuándo, que le había dejado unas leves secuelas que
se manifestaban en una forzada forma de andar. No tenía recuerdos de su niñez,
y su única referencia era un frío orfanato y una triste sensación de soledad.
El peticionario, siguiendo un impulso irrefrenable, había
dedicado su vida a buscarlo. Cuando lo encontró mejor manera de acercarse a él
que pidiéndole que escribiera su historia.
The storyteller
He couldn't
find a way to write good flash fiction. He had the illusion, he had attended
courses on this type of writing, the inspiration behaved very well with him,
but nevertheless his small works did not have the expected success.
One day he
thought of giving his readers personalized stories. He suggested that they send
him the topic on which they would like to have a flash fiction, and he would
e-mail him a story based on the information they had sent him.
A few days
later he received a special request. The petitioner asked him to write a story
about a father who lost his son when the child was very young. There had been a
fire in the building, and the firemen couldn’t find neither the child alive nor
the mortal remains. He also provided him with information that the child had
undergone severe spinal surgery and had had reduced mobility.
Our writer
of flash fiction devoted his heart and soul to writing the story and when he
finished it, the story was sent to the petitioner. There was, however,
something strange about that whole situation, because he had undergone an
operation, he doesn't remember when, and as a result of that his legs suffer a
kind of paralysis when he tries to move them fast. He had no memory of his
childhood, and his only reference was a cold orphanage and a sad sense of
loneliness.
The
petitioner, following an unstoppable impulse, had dedicated his life to
searching for his son. After years he discovered his son was alive and thought
the way of having a first contact could be asking the storyteller, his son, to
write the story.