It is
midnight, the streets are deserted and I go for a walk in the light of the full
moon. The smell of jasmine overwhelms me and I feel very good. Everything is
silent and the city sleeps its deep sleep of the long day. Suddenly I hear a
click and I feel a blow to the head. A red thread of something hot slides down
the eyelid of the left eye and it do not let me see. My head looks like it's
going to explode. When I realize it, I'm on the floor in a pool of blood. I
bring my left hand to the wound to try to mitigate the pain but the warm blood
sprouts with force unstoppedly.
I hear
footsteps. I ask for help. Someone is coming. His face is covered by a
handkerchief. He leans up and asks me:
How is it
going?
- Please
help me. I'm hurt
The
stranger gets up and walks away. I scream at him desperately.
- Call an
ambulance. Please!
He walks
away slowly, pacing. He turns and stay there looking at me without saying
anything.
Today,
after many years I remember the smell of jasmine and the pain of the wound, as
if they wanted to go together in that moment. And I remember the raucous click
that I am unable to associate with something familiar to me, to know what
happened. I ask myself who the stranger was ... the author of the click?
Cronología de un suceso inacabado
Es medianoche, las calles están desiertas y salgo a pasear
bajo la luz de la luna llena. El olor a jazmín me embarga y me siento muy bien.
Todo está en silencio y la ciudad duerme su profundo sueño del largo día. De repente
oigo un chasquido y siento un golpe en la cabeza. Un hilo rojo de algo caliente
resbala por el párpado del ojo izquierdo y apenas me deja ver. Mi cabeza parece
que va a estallar. Cuando me doy cuenta estoy en el suelo entre un charco de
sangre. Llevo mi mano izquierda a la herida para tratar de mitigar el dolor y
la sangre caliente brota con una fuerza imparable.
Oigo pasos. Pido ayuda. Alguien se acerca. Tiene la cara
cubierta por un pañuelo. Se inclina y me pregunta:
-¿Cómo está?
- Por favor, ayúdeme. Estoy herido.
El extraño se levanta y se marcha. Yo le grito desesperadamente.
- ¡Llame a una ambulancia. Por favor!
Se aleja andando despacio, paseando. Se da la vuelta y me
observa sin decir nada.
Hoy, después de muchos años recuerdo el olor a jazmín y el
dolor de la herida, como si quisieran ir juntos en aquel momento. Y recuerdo el
chasquido estridente que soy incapaz de asociar con algo que me resulte
familiar, para tratar de saber qué ocurrió. Me pregunto quién sería el extraño…
¿el autor del chasquido?