The Sad Smile
The
uninhabited house smelled of moisture. Walls were wallpapered. A huge skylight
let through the light that spilled on the exotic plants brought from the most
remote places, and that for a few days had been abandoned to their fate. Its
owner had disappeared without a trace.
In the
luxurious living room, above the exquisite marble fireplace, an enormous and
enigmatic portrait was on display. A slight smile and a sad look on a beautiful
feminine face transmitted the uneasiness of the inescapable fatality of
destiny. The mother of a saga of famous composers had been responsible for the
suicide of the fiancée of her youngest son.
Many years
ago that, Now, the absolute owner of all, the youngest son of the family had
disappeared.
Those
responsible for solving the case often returned to the house, for some days.
Almost imperceptibly at first, over the days, very slowly, they realized how
the feminine face of the enormous painting in the living room was transformed
slowly. At first was a slight change of the hair. Next day were changes in the
nose, eyebrows. Next day there was a more prominent cheekbones. And finally, te
face of the youngest son clearly appeared, in which a slight smile was clearly
distinguished, accompanied by a sad look.
La sonrisa triste
La casa deshabitada olía a humedad. Paredes empapeladas. Una
enorme claraboya dejaba pasar la luz que se derramaba sobre las exóticas
plantas traídas de los más recónditos lugares, y que desde hacía unos días,
estaban abandonadas a su suerte. Su dueño había desaparecido sin dejar rastro.
En el lujoso salón, encima de la exquisita chimenea de mármol,
se exhibía un enorme y enigmático retrato. Una leve sonrisa y una mirada triste
en un bello rostro femenino, transmitían el desasosiego de la ineludible
fatalidad del destino. La madre de una saga
de compositores famosos, había sido la responsable del suicidio de la prometida de su hijo menor.
Hacía muchos años de eso, Ahora, el dueño absoluto de todo e
hijo menor de la familia había desaparecido.
Los responsables de resolver el caso volvieron a menudo a la
casa, durante algunos días. Casi imperceptiblemente al principio, y con el paso
de los días, muy lentamente, se dieron cuenta de cómo el rostro femenino de la
enorme pintura de la sala de estar se transformaba lentamente. Al principio fue
un ligero cambio en el cabello. Al día siguiente hubo cambios en la nariz, las
cejas. Al día siguiente había unos pómulos más prominentes. Y finalmente,
apareció claramente el rostro del hijo menor, en el que se distinguía
claramente una leve sonrisa, acompañada de una mirada triste.