Sunday, April 14, 2019

Handkerchiefs 6 - Pañuelos 6


Handkerchiefs 6

The poker game lasted until the early hours of the morning, and when the game was over, the host went out to say goodbye to his fellow card players. When he returned home, he saw a fleeting flash among the primroses he had planted a few days earlier in the garden. He did not attach the greatest importance to it. But when he entered the kitchen, he could see that part of the garden from the window, and the flash repeated itself. He watched for a moment and the flashes seemed to convey some sort of code. The beam was very narrow and headed for the sky. Although one might think that the light source was tiny, its intensity was remarkable. What it could be among the flowers emitting this kind of code and to whom would it be directed?
The host, unable to go out and see what it was all about, tried to forget it and went to bed on the upper floor of the house. Next morning, he was awakened by a loud noise, or a kind of buzz. It was ten o'clock in the morning. He had slept peacefully, but the noise was reminding him the light of the previous night. He jumped out of bed and went to the window from where the primroses could be seen before, because now something had made them jump through the air, making a hole about a metre in diameter.



Pañuelos 6

La partida de póker se prolongó hasta la madrugada, y cuando acabó la partida el anfitrión salió a despedir a sus compañeros de cartas. Cuando se volvió para entrar en casa, observó un destello fugaz entre las prímulas que había plantado unos días antes en el jardín. No le dio la mayor importancia. Pero cuando entró en la cocina, desde la ventana podía ver aquella parte del jardín y se volvió a repetir el destello. Observó durante unos instantes y los destellos parecían transmitir una especie de código. El haz era muy estrecho y se dirigía hacia el cielo. Aunque se podía pensar que la fuente de luz era diminuta, su intensidad era notable. ¿Qué podía haber entre las flores que emitiera esa especie de código y a quién iría dirigido?
El anfitrión, incapaz de salir a ver de lo que se trataba, intentó olvidarlo y se fue a la cama situada en el piso superior de la vivienda. Le despertó un fuerte ruido, o zumbido. Eran las diez de la mañana. Había dormido plácidamente, pero aquel ruido le recordó lo de la noche anterior. Saltó de la cama y se dirigió a la ventana desde donde antes se podían ver las prímulas, porque ahora algo había hecho que saltaran por los aires haciendo un socavón de un metro de diámetro.