Desde mi muerte me encuentro más ágil, no percibo mi cuerpo. Siempre había pensado que el más allá no existía, pero sorprendentemente, cuando mi corazón dejó de funcionar no experimenté nada especial. Algo vino a situarse junto a mí. Yo notaba su presencia porque me infundía mucha paz, y al mismo tiempo me insinuaba que la existencia de todos nosotros es eterna. Por ese motivo, aunque era consciente de la desesperación de mis familiares, no sentía tristeza o emoción por todo lo que estaban sufriendo. Ahora, con el tiempo sin tiempo y el espacio sin espacio todo se anuncia como una espera esperanzada hasta el momento de recuperar mi nuevo cuerpo. Mientras tanto, puedo estar en varios sitios en el mismo instante y puedo también estar en un mismo espacio viviendo instantes distintos, por eso ya sé el personaje que me toca representar en mi próxima vuelta a la vida….y es asombroso. Ya os lo contaré pronto.