Friday, March 11, 2016

The train

I'm boarding a train. I intend to make a trip to nowhere. This is a modern train and it reaches speeds of vertigo but you can't enjoy the scenery from the train.
While I try to put my suitcase in its place, come to my mind memories of when I was very small, and my father took me to a big city. The trip we did in a rickety old train and agonizing, with wooden seats which were very uncomfortable, and smoke from the locomotive and left a trail of soot on the faces and clothes of travelers. But the discomforts, even though many especially for the elderly, did not matter, because almost everything was fun and excitement for a child my age.
In front of me a shy girl, clutching her mother's hand and trying to hide her face behind her mother's hand.
It was fate. For over sixty years she has made my life the paradise.
Three months ago she died and left me in complete darkness.

El tren

Estoy subiendo a un tren. Pretendo hacer un viaje a ninguna parte. Este es un tren moderno de los que alcanzan velocidades de vértigo y no te permiten disfrutar del paisaje.
Mientras trato de poner la maleta en su lugar, vienen a mi mente recuerdos de cuando, siendo muy pequeño, mi padre me llevó a conocer una gran ciudad. El viaje lo hicimos en un destartalado y agonizante viejo tren, Los asientos de madera eran muy incómodos, y el humo de la locomotora dejaba un rastro de carbonilla en los rostros y en las ropas de los viajeros. Pero las incomodidades, aún siendo muchas sobre todo para las personas mayores, no importaban, pues casi todo era diversión y entusiasmo para un niño de mi edad.
Enfrente de mí se sentaba una niña tímida, que agarraba la mano de su madre y trataba de ocultar su rostro detrás de ella.
Fue el destino. Durante más de sesenta años, aquella niña ha hecho de mi vida el paraíso. Hoy hace cien días que murió y me ha dejado en la más absoluta oscuridad.