Friday, October 13, 2017

Los últimos días del otoño - Last Days of Autumn

Los últimos días del otoño

El día amenazaba con sus tonos grises la paz y sosiego de Laura. Esos días le hacían caer en una profunda melancolía y desconsuelo. Las hojas de los árboles dibujaban un paisaje multicolor que contrastaba con las sombras y los abismos de sus pensamientos. Las gotas de lluvia lloraban sobre los cristales de las enormes ventanas, y Laura, pensativa delante de ellos, desgranaba sus pasados y sus futuros tratando de encontrar, en un laberinto sin fin, la realidad que perdió hace mucho tiempo. Recordaba vagamente que tuvo un hijo… ¿o fueron dos? ¿Son reales las tristes gotas de lluvia? ¿Será real mi futuro? Mi casa está fría y nadie viene a visitarme. Pero ¿y si todo esto no fuera más que una pesadilla? ¿Y si yo realmente soy feliz, tengo una gran familia y un amor que me protege?
Alguien se acercó y le dijo:
- Laura, es la hora de tu medicina.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen ellos en mi casa?
Con la cálida paciencia que solo pueden tener aquellos que la aman, sus hijos, con la mayor  delicadeza la acompañaron del salón de la residencia a su habitación.



Last Days of Autumn

The day threatened with its gray tones the peace and quiet of Laura. Those days made her fall into a deep melancholy and grief. The leaves of the trees drew a multicolored landscape that contrasted with the shadows and depths of her thoughts. Raindrops wept over the window panes of the huge windows, and Laura, pensive in front of them, threshed her past and future, trying to find, in an endless labyrinth, the reality she lost long ago.
She remembered vaguely that she had a son… or maybe she had two? Are the sad drops of rain real? Is it real my future? My house is cold and nobody comes to visit me. But, if it could be nothing more than a nightmare? And if I really am happy, I have a big family and a love that protects me?
Someone came up and said:
"Laura, it's the time for your medicine."
"Who are you? What do they do in my house?".
With the warm patience that only those who love her can have, her children, with the greatest delicacy, accompanied her from the nursing home living room to her room.