Lighting
We were
returning from a mission in the North Sea. The submarine reached the surface
and I headed for the outer hatch. We had been under extraordinary pressure, due
to the state of alarm caused by the discovery of an underwater platform the
size of a square kilometre, on whose surface drawings and unknown signs were
displayed. When I managed to open the hatch, a blinding light drew me back. It
was a very strange happening, considering I had my eyes closed. It
wasn't my eyes that were getting that light.
Gradually,
its intensity was replaced by a bluish halo that slowly changed tone and took
the shape of a silhouette. A silhouette of a woman who moved her lips trying to
tell me something.
I don't
even remember if I actually could opened the hatch. Fiction is nothing more
than the sum of many realities. And the reality is that we were glued to that
damn platform, and that we were going to die. It wouldn't let us escape. And
the female figure was the spokesperson who came to announce our next death.
Luz
Volvíamos de una misión en el Mar del Norte. El submarino
alcanzó la superficie y me dirigí a abrir la escotilla exterior. Habíamos
estado bajo una extraordinaria presión, debido al estado de alarma que había
suscitado el descubrimiento de una plataforma submarina del tamaño de un
kilómetro cuadrado, y sobre cuya superficie se mostraban dibujos y signos
desconocidos. Cuando conseguí abrir la escotilla, una luz cegadora me hizo
retroceder. Fue un suceso muy extraño, teniendo en cuenta que yo tenía los ojos
cerrados. No eran mis ojos los que estaban recibiendo aquella luz.
Gradualmente, su intensidad fue dejando paso a un halo
azulado que cambio lentamente de tonalidad y adoptó la forma de una silueta. Una
silueta de mujer que movía sus labios intentando decirme algo.
Ya no recuerdo si realmente llegué a abrir la escotilla. La ficción
no es otra cosa que la suma de muchas realidades. Y la realidad es que nos encontrábamos
pegados a aquella maldita plataforma, y que íbamos a morir. No nos dejaba
escapar. Y la figura femenina era la portavoz que venía a anunciar nuestra
próxima muerte.