Friday, April 19, 2019

Handkerchiefs 9 - Pañuelos 9


Handkerchiefs 9

It was a cold, rainy night. Katy was driving slowly. She was on her way back from the supermarket when her cell phone rang. She answered the call and someone told her that her uncle had just died under strange circumstances. Sadness and amazement. Without passing by her house she went to her uncle's house on the other side of the city. She remembered that they had not seen each other for years. Her uncle had always been a little strange, and she had never guessed why. She climbed the stairs to the first floor and two police officers flanked the front door to the house. Coming from the inside was the loud voice of someone in charge of the case. One of the officers entered to warn superintendent she was there, and then the superintendent went out and Katy told him who she was. Without a comment, the commissioner took her to the bedroom. Her uncle's body, covered with a sheet, was on the bed. Nearby was an open trunk and someone had taken out part of its contents. The commissioner left the room and Katy noticed one end of the trunk with immaculate white handkerchiefs in a perfect package. She took them and as he did so, a paper the size of a card fell to the floor. Little did Katy imagine what that card was hiding.



Pañuelos 9

Era una noche fría y lluviosa. Katy conducía despacio. Volvía del supermercado cuando sonó el móvil. Descolgó y alguien le dijo que su tío acababa de fallecer en extrañas circunstancias. Tristeza y asombro. Sin pasar por su casa se dirigió al domicilio de su tío, al otro lado de la ciudad. Recordó que hacía años que no se veían. Su tío siempre había sido un poco extraño, y ella nunca había acertado a adivinar por qué. Subió las escaleras hasta el primer piso y dos agentes de policía flanqueaban la puerta de entrada a la casa. Procedente del interior se oía la sonora voz de alguien encargado del caso. Uno de los agentes entró y a continuación salió el comisario. Katy se presentó antes de que le preguntaran. Sin hacer ningún comentario, el comisario la llevó al dormitorio. El cadáver de su tío, tapado con una sábana, estaba sobre la cama. Cerca había un baúl abierto y alguien había sacado parte de su contenido. El comisario salió de la habitación y Katy se fijó en un extremo del baúl en el que se veían unos inmaculados pañuelos blancos formando un perfecto paquete. Los cogió y al hacerlo, cayó al suelo un papel del tamaño de una tarjeta. Poco imaginaba Katy lo que aquella tarjeta ocultaba.

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