Friday, March 8, 2019

The Atacama Desert - El desierto de Atacama


The Atacama Desert

It was in the Atacama Desert. We had flown to Santiago because we had been informed of the continuous sighting of spaceships landing and taking off from the desert. Many inhabitants of San Pedro de Atacama had seen these spaceships on the dark winter nights, and their testimonies reinforced the idea that something was happening there.
It was night and we had just left San Pedro when several lights crossed the sky  describing a circular trajectory from east to west. Unexpectedly they stopped and descended at dizzying speed. Their size grew tremendously and the ships in a synchronous motion landed near us. The engine of the car stopped and all the electronic instruments stopped working. And as we later commented between us, a clear, metallic voice occupied our minds.
"Now is the time. We don't come from any distant planet. We use our ships to visit other planets, but we are from here, we have always been here and we have taken care of you. But now is the time for you to learn to take care of yourselves. Very soon all humanity will know of our existence and we will have to understand each other in order to live together.”


El desierto de Atacama

Fue en el desierto de Atacama. Habíamos volado hasta Santiago porque nos habían informado del avistamiento continuado de naves que aterrizaban y despegaban del desierto. Muchos habitantes de San Pedro de Atacama habían avistado estas naves en las oscuras noches de invierno, y sus testimonios reforzaban la idea de que algo estaba ocurriendo allí.
Era de noche y acabábamos de salir de San Pedro cuando varios focos de luz cruzaron el cielo describiendo una trayectoria circular de este a oeste. Inesperadamente se detuvieron y descendieron a una velocidad vertiginosa. Su tamaño creció tremendamente y las naves en un movimiento sincrónico se posaron cerca de nosotros. El motor del coche se paró y todos los instrumentos electrónicos dejaron de funcionar. Y como después comentamos entre nosotros, una voz metálica, nítida, ocupó nuestras mentes.
-Ya es el momento. No venimos de ningún planeta lejano. Nuestras naves las utilizamos para visitar otros planetas, pero somos de aquí, siempre hemos estado aquí y hemos cuidado de vosotros. Pero ya es el momento de que aprendáis a cuidar de vosotros mismos. Muy pronto toda la humanidad sabrá de nuestra existencia y tendremos que entendernos para poder vivir juntos.

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