Sigismund
The stained-glass windows of the cathedral projected vivid
colours on the tombstone where the body of the noble Sigismund rested. He had
fought for years against the tribes that wanted to enter through the northern
border of Iberia. In the last raid, an arrow penetrated in his back and ended
his life.
That morning a mass was being celebrate for his soul. The
moment the priest lifted the chalice, the iridescent colors that caressed the
immaculate slab turned a deep red and took the form of a hand. The accusing
hand pointed at the author of his death, Count Romualdo, his lieutenant on the
battlefield. In his precipitated escape, Romualdo stepped on the tombstone of
Sigismund, and the red hand stopped his escape wrapping Romualdo's neck.
Moments later, Romuald lay lifeless on the tombstone of Sigismund.
Segismundo
Las vidrieras de la catedral proyectaban vivos colores sobre
la lápida de la tumba en la que descansaba el cuerpo del noble Segismundo. Había
combatido durante años a las tribus que pretendían entrar por la frontera norte
de Iberia. En la última incursión, una flecha penetró por su espalda y acabó
con su vida.
Aquella mañana se celebraba una misa por su alma. En el
instante en el que el sacerdote levantó el cáliz, los irisados colores que
acariciaban la inmaculada losa se tornaron de un color rojo intenso y fueron
adoptando la forma de una mano. Una mano acusadora que señalaba al autor de su
muerte, el conde Romualdo, su lugarteniente en el campo de batalla. En su precipitada
huida, Romualdo pisó la lápida de Segismundo, y la mano detuvo su huida envolvió
el cuello de Romualdo. Instantes después Romualdo yacía sin vida sobre la
lápida de Segismundo.
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