Monday, December 11, 2017

A Christmas Tale For Childs - Un cuento infantil de Navidad

A Christmas Tale For Childs

These were the last days of 1899. A girl was leaning against the wall, tired. The snow was covering his scarce clothes, and his little trembling hand stretched asking for an alms. A horse carriage stopped in front of her. The coachman hurried to open the door, and an old man, with some difficulty, descended from the carriage.
 “Hello little girl.”
“Sir...”
“I am coming to get you.”
“Why?”
“It's Christmas Eve and I want you to come to dinner with my family.”
A smile was drawn on the girl's face. The old man took her by the hand and helped her into the carriage. When they reached the palace, a maiden escorted her to a large room. After bathing her in hot water, she helped her put on a beautiful pink dress that was on a large bed. That Christmas Eve was very special.
The next day, the girl told the old man:
“I must go. Thank you very much for your kindness. You are a wonderful family.”
And the old man answered her:
“I have a surprise for you. My grandson confessed to me that you saved his life a few days ago. If you hadn't intervened, he'd have been hit by a carriage. We don't want you back on the streets. We wanted to ask you to stay with us. So you enrich our lives with your smile. Please, just stay.”
And that's how the little girl found a home that would change the rest of her life.




Un cuento infantil de Navidad

Eran los últimos días del año 1899. Una niña se apoyaba en la pared, cansada. La nieve cubría sus escasas ropas, y su manecita se extendía temblorosa pidiendo una limosna. Un carruaje de caballos se paró delante de ella. El cochero se apresuró a abrir la puerta, y del carruaje descendió con dificultad un anciano.
-Hola pequeña.
-Señor…
-He venido a buscarte.
-¿Por qué?
-Es nochebuena y quiero que vengas a cenar con mi familia.
Una sonrisa se dibujó en la cara de la niña. El anciano la cogió de la mano y la ayudó a subir al carruaje. Cuando llegaron al palacio, una doncella la acompañó a una gran habitación. Después de bañarla con agua caliente, le ayudó a ponerse un precioso vestido rosa que había sobre una gran cama. Aquella nochebuena fue muy especial.
Al día siguiente, la niña le dijo al anciano:
-Debo irme. Muchas gracias por su amabilidad. Son ustedes una gran familia.
Y el anciano le respondió:
-Tengo una sorpresa para ti. Me ha confesado mi nieto que hace unos días le salvaste la vida. Si tu no hubieras intervenido le habría atropellado un carruaje. No queremos que vuelvas a las calles. Te queríamos pedir que te quedaras con nosotros. Así enriqueces nuestras vidas con tu sonrisa. Por favor, quédate.

Y así fue como la pequeña encontró el hogar que cambiaría el resto de su vida.

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