Amafis
He met her on a Monday. The previous Sunday he had returned
from Samarkand, where he was collaborating with Nikolay Veselovsky on the
excavations. By a blessed chance, the train had stopped overnight due to heavy
snowfall, and that circumstance had forced travelers to spend the night in a
decaying and cold station.
A few months earlier, in the midst of discovery fever,
Nikolay asked him to accompany him. He wanted his opinion on the murals and
paintings found in the strata dated to the 7th century AD. Following Nikolay's
explanations, he carefully observed the murals and for a moment, it seemed to
him that one of the figures represented on the mural, in which she appeared
accompanying the King of Samarkand, was following him with her eyes. She was a
very beautiful woman. Black eyes, like her hair, jet-black, sensual lips and a
luminous, unforgettable face. He asked Nikolay about that lady but her presence
in the mural was a mystery. In ancient texts she was not referred to and no
scholar could explain its origin.
He asked at the station for a hotel where he could spend the
night. An employee at the station provided him with an address. He walked for
ten minutes and when he was about to enter, a female voice spoke his name:
“Hi Mikhail. It's me. Amafis. I have escaped my confinement
just to be with you tonight”.
Those hours were the happiest of his life.
A few days later, she received a telegram from Nikolay in
which she explained an unprecedented fact. For a few hours, the lady in the
mural had vanished, to reappear the next day in the same place of that mural.
Amafis
La conoció un lunes. El domingo anterior había regresado de
Samarcanda, donde colaboraba en las excavaciones con Nikolay Veselovsky. Por
una bendita casualidad, el tren se había detenido durante toda una noche debido
a una intensa nevada, y esa circunstancia había obligado a los viajeros a pernoctar
en una estación decadente y fría.
Unos meses antes, en plena fiebre de descubrimientos,
Nikolay le pidió que le acompañara. Quería que le diera su opinión sobre los murales
y pinturas encontradas en los estratos
fechados en el siglo VII d.C. Siguiendo las explicaciones de Nikolay, observaba
atentamente los murales y durante un instante, le pareció que una de las
figuras representadas en el mural, en el que aparecía acompañando al rey de
Samarcanda, le seguía con la mirada. Se trataba de una mujer bellísima. Ojos
negros, como su pelo, color azabache, labios sensuales y un rostro luminoso,
inolvidable. Le preguntó a NIkolay sobre aquella dama pero su presencia en el
mural era un misterio. En los textos antiguos no se hacía referencia a ella y
ningún erudito podía explicar su origen.
Preguntó en la estación por un hotel en el que poder pasar
la noche. Un empleado de la estación le proporciono una dirección. Caminó
durante diez minutos y cuando estaba a punto de entrar, una voz femenina
pronunció su nombre:
-Hola Mijail. Soy yo. Amafis. He escapado de mi encierro
solo por estar contigo esta noche. Aquellas horas fueron las más felices de su
vida.
Algunos días después, recibió un telegrama de Nikolay en el
que le explicaba un hecho inaudito. Durante unas horas, la dama del mural se
había desvanecido, para volver a aparecer al día siguiente en el mismo lugar de
aquel mural.
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