Waterfalls
Thomas went round and round in bed. The next day his parents
would take him to see the falls, and he was so excited that he couldn't sleep.
He had always thought of the cataracts as if they were a living thing.
They arrived very early. When he saw the water fall from
that height he was moved, it was an impressive spectacle, impossible to
imagine.
That day, the waterfalls were scrambled and needed to
swallow someone.
"Where will so much water come from?", he wondered
at the same time as he was invaded by a sense of immensity. The deafening noise
and the force of the water forming an enigmatic body.
The waterfalls had already chosen their victim. Thomas
dangerously approached a fence, and it gave way. In an instant he fell into the
void. In the background, the rocks seemed happy to receive him. The sound of
the water did not let his cries of despair be heard, and as he fell, his
thoughts went to his parents. At the same time he realized that the waterfalls
were alive and with all the energy he could muster, he though about them,
imploring their compassion. Compassion for his parents and compassion for him.
An unexpected force displaced him in his fall, and directed
him to a surface free of rocks, thus saving his life.
And Thomas learned that waterfalls are alive.
Cataratas
Tomás daba vueltas y vueltas en la cama. Al día siguiente sus
padres lo llevarían a ver las cataratas, y estaba tan excitado que no podía
dormir. Siempre había pensado en las cataratas como si fueran un ser vivo.
Llegaron muy temprano. Cuando vio el agua caer desde aquella
altura se emocionó, era un espectáculo impresionante, imposible de imaginar.
Ese día, las cataratas estaban revueltas y necesitaban
engullir a alguien.
¿De dónde vendrá tanta agua?, se preguntaba al mismo tiempo
que le invadía una sensación de inmensidad. El ruido ensordecedor, la fuerza
del agua formando un cuerpo enigmático.
Las cataratas ya habían elegido a su víctima. Tomás se
acercó peligrosamente a una valla, y ésta cedió. En un instante cayó al vacío. Al
fondo, las rocas parecían alegrarse de recibirlo. El ruido del agua no dejaba
oír sus gritos de desesperación y mientras caía, sus pensamientos se dirigían a
sus padres. Al mismo tiempo se daba cuenta de que las cataratas estaban vivas y
con toda la energía de la que pudo hacer acopio, se dirigió a ellas, implorando
su compasión. Compasión para sus padres y compasión para él.
Una inesperada fuerza lo desplazó en su caída, y lo dirigió
a una superficie libre de rocas, salvándole
así la vida.
Y Tomás aprendió que las cataratas están vivas.