Pesadilla (parte I)
Voy conduciendo por una carretera secundaria. Es una noche
cerrada y la carretera no está iluminada. Con cada bache, las luces de los
faros del coche ejecutan una extraña danza en la que se dejan ver ora el
asfalto desnudo, ora los árboles que a la orilla de la carretera observan
silenciosos mi marcha. Estoy algo cansado. He conducido durante más de diez
horas para llegar a tiempo a una reunión en un pueblecito del medio oeste. Aún
faltan unos kilómetros para llegar a mi destino.
De forma inesperada, el motor emite un ruido sordo y,
después de recorrer unos metros, se detiene. El coche continúa rodando debido a
la inercia. Giro el volante e intento sacarlo de la carretera y lo aparco en el
arcén. Las luces también han dejado de funcionar. Un extraño olor parece
indicar que algo del coche se ha roto.
Después de unos instantes y cuando mis ojos se acostumbran a
la oscuridad, me doy cuenta de que hay, cerca de donde estoy, otros coches
parados. Busco en la guantera una linterna y salgo del coche. Me aproximo al
vehículo más cercano y no veo a nadie en su interior. También lo hago en los
otros vehículos, y no encuentro a nadie. Mi instinto me dice que debo volver al coche. Entro, apago la
linterna y trato de activar el seguro de la puerta, pero no funciona. Al
parecer, ha dejado de funcionar cualquier mecanismo que actúe por medio de
electricidad.
Pasados unos minutos, distingo a lo lejos un grupo de
individuos que se acercan lentamente. El silencio es absoluto. Uno de ellos enciende
una linterna y encamina sus pasos hacia donde me encuentro. Todo está oscuro,
pero creo que, por sus siluetas, todos ellos van encapuchados. No sé qué hacer.
Pienso que debo simular que he perdido el sentido y así lo hago. Cuando llegan
a la altura del coche, el que parece dirigir el grupo enfoca su linterna a mi
cara, abre la puerta y me zarandea. Les indica en voz baja a los demás que todo
ha salido bien, y que otro grupo me recogerá en unos instantes. Mis nervios
están a punto de delatarme. Con el mismo sigilo con el que han aparecido,
vuelven en la misma dirección. Yo estoy deseando que se marchen para escapar.
Intento arrancar el coche pero no funciona. No llevo armas. Sólo
un destornillador que cojo del maletero, y salgo corriendo en la dirección
contraria en la que se fueron.
Nightmare (part I)
I'm driving on a secondary road. It is a closed night and
the road is not lit. With each
bump, the lights of the car’s headlights perform a strange dance in which for
an instant the naked asphalt is seen, and then the trees at the side of the
road which quietly watch my march. I'm rather tired. I have driven for more
than ten hours to arrive in time for a meeting in a small town in the Midwest.
I still have a few kilometers to reach my destination.
Unexpectedly,
the engine makes a dull thud and after a few meters, stops. The car continues
to roll by inertia. I turn the steering wheel and the attempt pull out the car
of the road and to park it into the verge. The lights have also stopped
working. A strange smell would seem to indicate that something inside the car
has broken.
After a few
moments and when my eyes become accustomed to the darkness, I realize that
there are, near where I am, other cars stopped. I look for in the glove
compartment for a flashlight and get out of the car. I approach the nearest
vehicle and do not see anyone inside. I also do it on the other vehicles, and I
can not find anyone. My instinct tells me to get back in the car. I go in, turn
off the flashlight and try to activate the door locking, but it does not work.
Apparently, any mechanism acting through electricity has ceased to function.
After a few
minutes, I discerned in the distance a group of individuals approaching slowly.
Silence is absolute. One of them lights a flashlight and directs his steps to
where I am. Everything is dark, but I think that, by their silhouettes, they
are all hooded. I do not know what to do. I think I have to simulate I have
passed out and I do it. When they reach the height of the car, the one who
seems to lead the group focuses his flashlight on my face, opens the door and
shakes me. He whisper to the others that everything went well, and that another
group will pick me up in a few moments. My nerves are about to betray me. With
the same stealth with which they have appeared, they return in the same
direction. I'm looking forward to they go away for escape.
I try to
start the car but it does not work. I do not carry guns. Just a screwdriver I
take from the trunk, and I run out in the opposite direction they have gone.
No comments:
Post a Comment
minutorelatos.blogspot.com