Wednesday, January 3, 2024

The Old Flesh Suit - El viejo traje de carne

  The Old Flesh Suit

He was awakened by the familiar shrill sound of the old clock. He got up ready to win that day, which the previous night seemed to him would last forever. At that moment he remembered when he came to Earth with a single purpose: to coexist with humans and report reports to his superiors. It was the time of Cyrus the Great, which is currently thirty centuries old in the 23rd century. And it seemed like he had arrived yesterday. He put on the meat clothes that he had worn since that time and left the house without looking back. It was his last day on Earth. Those meat clothes had worked a miracle: he felt like a human and now it was difficult for him to abandon everything that he had experienced for thirty centuries. He had experienced human history as one of them, although immortal. His metal frame had remained hidden and so it should be until he boarded the spaceship that would take him back home.

He did not count on the long spaceship that hit his mini utility spaceship at high speed shortly before descending into the parking lot of the office's airport. Part of his flesh suit was lost in the collision, exposing his metallic torso for everyone to see. The emergency team only had time to see how the injured man began to levitate very slowly at first and then accelerated his speed until he was swallowed by the belly of a huge saucer located in the vertical direction.

 


El viejo traje de carne

Le despertó el familiar sonido estridente del viejo reloj. Se levantó dispuesto a vencer aquel día, en el que la noche anterior le parecía iba a ser eterno. En aquel momento recordó cuando llegó a la Tierra con un solo propósito: convivir con los humanos y reportar informes a sus superiores. Era la época de Ciro el Grande, de la que actualmente, en el siglo XXIII, se cumplían treinta siglos. Y parecía que había llegado ayer. Se enfundó la ropa de carne que había utilizado desde aquella época y salió de casa sin mirar atrás. Era su último día en la Tierra. Aquella ropa de carne había obrado el milagro: se sentía como un humano y ahora le costaba abandonar todo lo que durante treinta siglos había vivido. Había experimentado la historia humana como uno más, aunque inmortal. Su estructura metálica había permanecido oculta y así debería ser hasta que subiera a la nave que le llevaría de vuelta a casa.

No contaba con el bólido que a una gran velocidad embistió su mininave utilitaria un poco antes de descender al aparcamiento del aeropuerto de la oficina. Parte de su traje de carne se perdió en la colisión, dejando al descubierto su torso metálico a la vista de todo el mundo. Al equipo de emergencia solo le dio tiempo a ver como el herido empezó a levitar primero muy despacio y luego fue acelerando su velocidad hasta ser engullido por la panza de un enorme platillo situado en su vertical.


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